lunes, noviembre 14, 2011
viernes, noviembre 11, 2011
Superaman esta en La Habana
Hay un Superman de ficción y otro real
El Superman de aventuras surge en New York en el año 1938, o sea ya tiene 73 años de edad, pero no lo aparenta. El de desventuras cincuenta y tanto, mas representa cien.
El Superman real está en
El semidios, es un personaje ficticio, un superhéroe de cómics que aparece en las publicaciones de DC Comics, considerado ampliamente como un icono de los Estados Unidos. Fue creado por los estadounidenses Jerry Siegel, escritor. y Joe Shuster dibujante, en momentos que el país norteño estaba hundido en una gran depresión.
El Superman ficticio está lleno de simbolismos idealizados, el real da fe de simbolismos materializados.
Al de las tiras comics, los programas de radio y televisión, los filmes, los books comics y video juegos. solo le falta la omnipresencia, pero hasta ahí no llegaron sus creadores por respeto a Jehová. Siegel y Shuster fueron hijos de inmigrantes judíos.
A pesar de la tendencia izquierdista de los creadores, del papel de activista social, de luchador contra políticos y empresarios deshonestos, y hasta de oponerse al Ku Klux Klan, Superman le vino como anillo al dedo al gran capital. ¿Quién no ha soñado con estar dotado de superpoderes para sí y para su nación? Pues este superhéroe cumplía con los requisitos del sistema: Ser el más poderoso hombre o sistema del universo.
Siegel y Shuster lo concibieron para ordenar la moral y ser ejemplo de humanismo; no en balde Hitler lo prohibió en Alemania y en España se le cambió el nombre por Ciclón.
El otro Superman, el material, el que desborda la ficción y convierte en realidad las ansias de poder, el que nace de leyes dictadas por congresistas y se conoce por sus acciones, ese está en Cuba, pero con otro nombre concreto, y con una forma de hacer también concreta.
Este no necesita que el público lo acepte, sino le obliga a que lo acepte.
El Superman de ficción enfrenta el mal, el material juega a las escondidas con el mal.
Aquel aparece como un héroe constructivo, este como un gendarme destructivo.
Al primero, el papel de los deportistas cubanos en los recién finalizados juegos panamericanos, o el desarrollo del décimo cuarto Festival Internacional de Teatro de
Para eso está en Cuba, no físicamente, pero si como un ave tenebrosa que descarga sus garras superpoderosas bajo las más sórdidas intensiones.
La kryptonita debilita las fuerzas del Superman de ficción, la historia la del Superman de imposiciones, historia que tolera la doble personalidad del hombre de acero inventado, pero no la doble moral del superpoderoso fabricado.
No pensar que estos supermanes son opuestos, nada de eso. Más bien se complementan. Ambos se empeñan en el mismo superobjetivo: La dominación, sólo que uno la edulcora y el otro la amarga.
Por falta de espacio queda pendiente el verdadero nombre del Superman real para otra meditación sobre trampas y tramposos.
Etiquetas: Cuba, cultura, deporte, embargo, sociedad, superman
jueves, noviembre 03, 2011
Almendrones: testigos del ingenio cubano.
El almendrón, voz popular para designar a los autos estadounidenses fabricados hasta el año 1960, enseña más maña del cubano que bondades del fabricante.
iles de almendrones animan las calles habaneras en franco desafío a la escasez de piezas de repuesto (recambio) o a medidas internas de control estatal.
Ellos se integran a la identidad habanera o a la de otras provincias cubanas –probablemente en muy pocas capitales circulen tantos- en la medida que acaparan la atención de nativos y foráneos, bien por el servicio que prestan, bien por un lamentable estado técnico, bien por exhibir una juventud renovada, bien por las adaptaciones mecánicas o de la carrocería que exhiben.
Heredados de familiares o comprados violando incluso regulaciones oficiales, los actuales propietarios son en su mayoría personas menores de 50 años, formados en centros docentes del actual gobierno, donde adquirieron las habilidades, casi milagrosas, para mantener el buen estado técnico, la imagen original o el donaire de las diferentes marcas, quizá por ellos mismos o por verdaderos artistas de la mecánica, chapistería, talabartería, pintura, en fin, magos del oficio.
¿Cómo es posible que por razones externas e internas que dificultan la adquisición de piezas, de aditamentos, de sistemas de inyección, eléctrico, hidráulico, de dirección o de freno, entre otros, o el traspaso de propiedades hasta recientemente penado, el almendrón todavía alardea, en la mayoría de las propuestas, de buena salud?
El 3 de noviembre de este año, entre las 11 y 32 y 11 y 40 de la mañana, por la populosa esquina de 23 y 12, del Vedado habanero, a pocos metros del emblemático cementerio de Colón, en solo 8 minutos circularon 88 autos particulares, de ellos 46 almendrones y 42 autos fabricados en otros países después del año 1960, en su mayoría Ladas o Mosckvich rusos, por supuesto un horario de mucho movimiento. La conclusión del conteo es que el ingenio del cubano se crece ante las limitaciones.
Las flexibilidades internas sobre la propiedad de autos particulares y para la práctica de oficios ya aparecieron, falta que las presiones comerciales externas retornen a la normalidad, para que estas piezas museables, llenos de colorido y de utilidad tarden en desparecer de la imagen habanera.