Cuba Cinco estrellas

Martí inspiró las ideas, los fusiles las hicieron cumplir.

jueves, junio 27, 2013

Planeta saludable; humanidad feliz




Buscando ideas para proponer consejos que contribuyan a incentivar conductos a favor de la protección de la salud ambiental, es decir de nuestro planeta tierra, encontré un email que considero fabuloso, por lo que replicarlo es mi realización personal por el Día mundial del Medio ambiente.


No lo reproduzco  integralmente por su recreado volumen, a pesar de que cada frase, cada palabra, aporta contenidos valiosísimos para que los humanos seamos felices, al tiempo que tratemos de postergar el fin de las especies.

Aseguro que este reducido tiempo que dediquemos a escuchar  a Alejandro (Alex) Jadad Bechara, científico colombiano,  aportará una mejor salud física y psíquica, y ante todo, una felicidad de la que no siempre gozamos.

Adelanto que este anestesiólogo se identifica con el verbo “preguntar”, y que le hace muy feliz “no saber”.

 Precisamente con una simple e inofensiva pregunto causó revuelo internacional. Ante un grupo de expertos reunidos para celebrar los 60 años de fundada la Organización Mundial de la Salud (OMS), el también doctor en síntesis del conocimiento y tratamiento del dolor de la Universidad de Oxford, preguntó: “¿Qué  es la salud?”  No solo el auditorio le pasó la respuesta, sino que hasta hubo risas y escepticismo entre los presentes. 

La definición llegaría un año después en  La Haya, creando un nuevo concepto de salud tras un trabajo de intercambio con 30 expertos de varios países.

La respuesta de este  fundador y director  del Centre for Global e Health Innovation, de la Universidad de Toronto  (Canadá), fue:   “Con la definición de la OMS  nadie
 podría ser saludable porque cualquier molestia afecta ese bienestar.
Nuestra propuesta es que la salud es la capacidad de las personas o de
las comunidades para adaptarse, o para autogestionar los desafíos
físicos, mentales o sociales que se les presenten en la vida”.

Y continúa reflexionando: “En Estados Unidos la principal causa de muerte es
el sistema sanitario, por errores médicos, efectos secundarios de
medicamentos y complicaciones de intervenciones, incluyendo
infecciones.    El 70 por ciento de lo que ocurre en los hospitales no
debería pasar ahí. Ir a una consulta a que le chequeen la presión
arterial es como ir a la tienda de la esquina a comprar leche en
 helicóptero”.

Ante la relación del hombre con el medio, agrega: “Creo en la hipótesis
Gaia (James Lovelock), que considera a la Tierra como un
superorganismo que se autorregula, en el que nosotros nos hemos
convertido en una infección. El calentamiento global es como la
fiebre; los terremotos, como escalofríos y los tsunamis, como una
gripa.    La Tierra se está defendiendo y se va a deshacer de nosotros, si no nos portamos bien”.

“Entender que está en juego nuestra supervivencia como especie y que
los desafíos que enfrentamos necesitan respuestas que trasciendan los
nacionalismos o regionalismos triviales. No hay justificación para que más de mil millones de personas  en el mundo tengan hambre y no tengan techo, mientras que el
consumismo de una minoría amenaza con acabar los recursos finitos que
tenemos. Y no son felices”.

Al referirse a como llegar a la ansiada felicidad,  el valorado genio  expresó: “He visto a mucha gente infeliz al final de la vida. Empecé como médico
para curar. Luego, me convertí en anestesiólogo para calmar el dolor,
pero vi que el dolor y el sufrimiento seguían; entonces me doctoré en
tratamiento del dolor. Y, cuando trabajé con desahuciados, descubrí
que hay otro dolor más allá del físico.  Usualmente es causado por una carga tremenda de remordimientos, de cosas que dejamos sin hacer, de darle poca importancia a lo que es
esencial en nuestras vidas y darnos cuenta muy tarde”.

”Descubrí gran cantidad de estudios con respecto a lo que nos puede ayudar a lograr niveles óptimos de felicidad.   En mis años de  formación, nadie me habló de lo que era una buena vida y una buena muerte, o de mi papel para lograrlo. Ahí, decidí que no iba a ser el médico tradicional y que quería aliviar esos dolores”.

Al referirse a si la felicidad se puede comprar, afirma: “Hasta cierto punto. Luego de satisfacer nuestras necesidades básicas,  parece existir un tope. En Estados Unidos es de unos 70.000 dólares al  año. De ahí para allá, no solo no te hace feliz, sino que te perturba. Científicamente hablando casi todo se puede medir. Hay métodos y muchísimos  estudios serios. Se puede, incluso, evaluar el nivel de felicidad que  tenemos individualmente y, aun, como naciones. Bután comenzó esta  tendencia. Ahora, países como Gran Bretaña y Francia están  implementándolo para guiar sus decisiones de gobierno.  Las cifras de EE. UU. muestran que en los últimos 60 años los niveles de felicidad no han aumentado, aunque los niveles de ingresos sí.  Sorprendentemente, las mujeres parecen estar menos felices en la  mayoría de los países más avanzados del mundo, no obstante lo logrado  con la igualdad de género.

Y ahora una reflexión  de este avezado científico de gran utilidad, pues cree saber como podemos buscar y encontrar la felicidad, en tal sentido opina: “ Preguntándonos qué es lo que más nos hace felices e identificando el  verbo que mejor lo representa. En mi caso, lo que más feliz me hace es  no saber.   Por lo tanto, mi verbo es preguntar. Una vez hayamos  definido esto, hay que buscar la mejor manera para conjugarlo tan  frecuentemente como sea posible y ayudar a todas las personas a que  conjuguen el suyo”.

“Esta tarea, usualmente, no se puede hacer solo: uno  necesita ayuda. Me di cuenta de que mi peor enemigo soy yo. Que nadie  como yo puede hacerme daño, y por eso creé una junta directiva  personal, que incluye a mis hijas, Alia y Tamen, y a mi esposa Martha.  Ella me enseñó la importancia de pensar en la máscara de oxígeno”.

“Yo tenía la manía de complacer a todo el mundo. Mi esposa me decía:  "Primero tú". Nunca entendí. Una vez, en un avión, escuché las  recomendaciones de seguridad, esas que hablan de las máscaras de  oxígeno. -Colóquese la máscara primero, aun si viene con niños-, y  solo ahí la entendí. Preguntarse lo que lo hace a uno más feliz y  proteger su verbo es equivalente. Solo si eres feliz puedes ayudar a  los demás. ¿Sabes qué es lo que más feliz te hace? ¿Cuál es tu verbo?”.
  
Alguna enseñanza se desprende del trabajo de este prestigioso científico latinoamericano: y es que para salvar el planeta el hombre debe aprender a salvarse a si mismo.
Alejandro Jadad,  nació en Colombia el 9 de agosto de 1963,  es el científico colombiano de mayor reconocimiento mundial por su  trabajo en ciencias de la información y tecnologías aplicadas en salud. Se graduó de médico y anestesiólogo de la Universidad  Javeriana, y a los 27 años fue aceptado como estudiante de posgrado de  la prestigiosa Universidad de Oxford, en el Reino Unido.

Allí se convirtió en el primer doctor en síntesis del conocimiento de esa  institución. Profesor de la Universidad de McMaster (Canadá) y  catedrático de la Universidad de Toronto, hoy es conferencista en  foros mundiales.
>
En el 2005 fue escogido por la revista Time como  uno de los genios que cambiarán al planeta en este siglo.

Un consejo.  Por favor no imprima éste artículo  a menos que lo necesite. Contribuyamos con nuestro planeta.  Antes de imprimir, piense en su responsabilidad y compromiso con el medio ambiente. Cada quinientas hojas impresas, representan un árbol  caído. Cada segundo es cortada por la sierra humana una hectárea de bosque.  



El Medio ambiente y el desarrollo humano
http://www.voltairenet.org/article152481.html

Etiquetas: , , , ,