Planeta saludable; humanidad feliz
Buscando ideas
para proponer consejos que contribuyan a incentivar conductos a favor de la
protección de la salud ambiental, es decir de nuestro planeta tierra, encontré
un email que considero fabuloso, por lo que replicarlo es mi realización
personal por el Día mundial del Medio ambiente.
No lo
reproduzco integralmente por su recreado
volumen, a pesar de que cada frase, cada palabra, aporta contenidos
valiosísimos para que los humanos seamos felices, al tiempo que tratemos de
postergar el fin de las especies.
Aseguro que
este reducido tiempo que dediquemos a escuchar
a Alejandro (Alex) Jadad Bechara, científico colombiano, aportará una mejor salud física y psíquica, y
ante todo, una felicidad de la que no siempre gozamos.
Adelanto que
este anestesiólogo se identifica con el verbo “preguntar”, y que le hace muy
feliz “no saber”.
Precisamente con
una simple e inofensiva pregunto causó revuelo internacional. Ante un grupo de
expertos reunidos para celebrar los 60 años de fundada la Organización Mundial
de la Salud (OMS),
el también doctor en síntesis del conocimiento y tratamiento del dolor de la Universidad de Oxford,
preguntó: “¿Qué es la salud?” No solo el auditorio le pasó la respuesta,
sino que hasta hubo risas y escepticismo entre los presentes.
La definición
llegaría un año después en La Haya, creando un nuevo concepto de salud tras
un trabajo de intercambio con 30 expertos de varios países.
La respuesta de este fundador y director del Centre for Global e Health Innovation, de
la Universidad
de Toronto (Canadá), fue: “Con la definición de la OMS nadie
podría ser saludable porque cualquier molestia afecta ese bienestar.
Nuestra propuesta es que la salud es la capacidad de las personas o de
las comunidades para adaptarse, o para autogestionar los desafíos
físicos, mentales o sociales que se les presenten en la vida”.
podría ser saludable porque cualquier molestia afecta ese bienestar.
Nuestra propuesta es que la salud es la capacidad de las personas o de
las comunidades para adaptarse, o para autogestionar los desafíos
físicos, mentales o sociales que se les presenten en la vida”.
Y continúa reflexionando: “En Estados Unidos la principal
causa de muerte es
el sistema sanitario, por errores médicos, efectos secundarios de
medicamentos y complicaciones de intervenciones, incluyendo
infecciones. El 70 por ciento de lo que ocurre en los hospitales no
debería pasar ahí. Ir a una consulta a que le chequeen la presión
arterial es como ir a la tienda de la esquina a comprar leche en
helicóptero”.
el sistema sanitario, por errores médicos, efectos secundarios de
medicamentos y complicaciones de intervenciones, incluyendo
infecciones. El 70 por ciento de lo que ocurre en los hospitales no
debería pasar ahí. Ir a una consulta a que le chequeen la presión
arterial es como ir a la tienda de la esquina a comprar leche en
helicóptero”.
Ante la relación del hombre con el medio, agrega: “Creo
en la hipótesis
Gaia (James Lovelock), que considera a la Tierra como un
superorganismo que se autorregula, en el que nosotros nos hemos
convertido en una infección. El calentamiento global es como la
fiebre; los terremotos, como escalofríos y los tsunamis, como una
gripa. La Tierra se está defendiendo y se va a deshacer de nosotros, si no nos portamos bien”.
Gaia (James Lovelock), que considera a la Tierra como un
superorganismo que se autorregula, en el que nosotros nos hemos
convertido en una infección. El calentamiento global es como la
fiebre; los terremotos, como escalofríos y los tsunamis, como una
gripa. La Tierra se está defendiendo y se va a deshacer de nosotros, si no nos portamos bien”.
“Entender que está en juego nuestra supervivencia como
especie y que
los desafíos que enfrentamos necesitan respuestas que trasciendan los
nacionalismos o regionalismos triviales. No hay justificación para que más de mil millones de personas en el mundo tengan hambre y no tengan techo, mientras que el
consumismo de una minoría amenaza con acabar los recursos finitos que
tenemos. Y no son felices”.
los desafíos que enfrentamos necesitan respuestas que trasciendan los
nacionalismos o regionalismos triviales. No hay justificación para que más de mil millones de personas en el mundo tengan hambre y no tengan techo, mientras que el
consumismo de una minoría amenaza con acabar los recursos finitos que
tenemos. Y no son felices”.
Al referirse a como llegar a la ansiada felicidad, el valorado genio expresó: “He visto a mucha gente infeliz al
final de la vida. Empecé como médico
para curar. Luego, me convertí en anestesiólogo para calmar el dolor,
pero vi que el dolor y el sufrimiento seguían; entonces me doctoré en
tratamiento del dolor. Y, cuando trabajé con desahuciados, descubrí
que hay otro dolor más allá del físico. Usualmente es causado por una carga tremenda de remordimientos, de cosas que dejamos sin hacer, de darle poca importancia a lo que es
esencial en nuestras vidas y darnos cuenta muy tarde”.
para curar. Luego, me convertí en anestesiólogo para calmar el dolor,
pero vi que el dolor y el sufrimiento seguían; entonces me doctoré en
tratamiento del dolor. Y, cuando trabajé con desahuciados, descubrí
que hay otro dolor más allá del físico. Usualmente es causado por una carga tremenda de remordimientos, de cosas que dejamos sin hacer, de darle poca importancia a lo que es
esencial en nuestras vidas y darnos cuenta muy tarde”.
”Descubrí gran cantidad de estudios con respecto a lo que nos puede ayudar a lograr niveles óptimos de felicidad. En mis años de formación, nadie me habló de lo que era una buena vida y una buena muerte, o de mi papel para lograrlo. Ahí, decidí que no iba a ser el médico tradicional y que quería aliviar esos dolores”.
Al referirse a si la felicidad se puede comprar, afirma: “Hasta
cierto punto. Luego de satisfacer nuestras necesidades básicas, parece existir un tope. En Estados Unidos es
de unos 70.000 dólares al año. De ahí
para allá, no solo no te hace feliz, sino que te perturba. Científicamente
hablando casi todo se puede medir. Hay métodos y muchísimos estudios serios. Se puede, incluso, evaluar el
nivel de felicidad que tenemos
individualmente y, aun, como naciones. Bután comenzó esta tendencia. Ahora, países como Gran Bretaña y
Francia están implementándolo para guiar
sus decisiones de gobierno. Las cifras
de EE. UU. muestran que en los últimos 60 años los niveles de felicidad no han
aumentado, aunque los niveles de ingresos sí. Sorprendentemente, las mujeres parecen estar
menos felices en la mayoría de los
países más avanzados del mundo, no obstante lo logrado con la igualdad de género.
Y ahora una reflexión de este avezado
científico de gran utilidad, pues cree saber como podemos buscar y encontrar la
felicidad, en tal sentido opina: “ Preguntándonos qué es lo que más nos hace
felices e identificando el verbo que
mejor lo representa. En mi caso, lo que más feliz me hace es no saber.
Por lo tanto, mi verbo es
preguntar. Una vez hayamos definido
esto, hay que buscar la mejor manera para conjugarlo tan frecuentemente como sea posible y ayudar a
todas las personas a que conjuguen el
suyo”.
“Esta tarea, usualmente, no se puede hacer solo: uno necesita ayuda. Me di cuenta de que mi peor
enemigo soy yo. Que nadie como yo puede
hacerme daño, y por eso creé una junta directiva personal, que incluye a mis hijas, Alia y
Tamen, y a mi esposa Martha. Ella me
enseñó la importancia de pensar en la máscara de oxígeno”.
“Yo tenía la manía de complacer a todo el mundo. Mi
esposa me decía: "Primero tú".
Nunca entendí. Una vez, en un avión, escuché las recomendaciones de seguridad, esas que hablan
de las máscaras de oxígeno. -Colóquese
la máscara primero, aun si viene con niños-, y solo ahí la entendí. Preguntarse lo que lo
hace a uno más feliz y proteger su verbo
es equivalente. Solo si eres feliz puedes ayudar a los demás. ¿Sabes qué es lo que más feliz te
hace? ¿Cuál es tu verbo?”.
Alguna enseñanza se desprende del trabajo de este
prestigioso científico latinoamericano: y es que para salvar el planeta el
hombre debe aprender a salvarse a si mismo.
Alejandro Jadad, nació en Colombia el 9 de agosto de 1963, es el científico colombiano de mayor
reconocimiento mundial por su trabajo en
ciencias de la información y tecnologías aplicadas en salud. Se graduó de
médico y anestesiólogo de la Universidad
Javeriana, y a los 27
años fue aceptado como estudiante de posgrado de la prestigiosa Universidad de Oxford, en el
Reino Unido.
Allí se convirtió en el primer doctor en síntesis del
conocimiento de esa institución.
Profesor de la Universidad
de McMaster (Canadá) y catedrático de la Universidad de
Toronto, hoy es conferencista en foros
mundiales.
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En el 2005 fue escogido por la revista Time como uno de los genios que cambiarán al planeta en
este siglo.
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El Medio ambiente
y el desarrollo humano
http://www.voltairenet.org/article152481.html
Etiquetas: ciencia, cotaminación, Medio ambiente, salud pública, sustentabiidad
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